La explosión tecnológica dejó en jaque a aquellos que no supieron crecer junto con las nuevas tecnologías. La brecha entre los habilidosos y los que todavía necesitan el manual para configurar el horario de la grabadora, crece a niveles exorbitantes.
Aunque al parecer se trate de una simple diferencia en las habilidades, un grupo de especialistas baraja la posibilidad de que estas sutiles capacidades compliquen la relación entre padres e hijos a corto plazo.
La nueva terminología para distinguir padres de hijos es menos sutil de lo que aparenta. Ahora, los especialistas se refieren a los adultos como “inmigrantes digitales” y a los más jovenes como los “nativos”, marcando una sustancial diferencia difícil de resolver.
“Las dos generaciones tienen lenguajes completamente diferentes y además perciben distinto la información. Los padres no comprenden los tiempos de sus hijos porque no están acostumbrados al inmediatismo, que hoy rodea la vida digital de los chicos”, explica a Clarín Antonio Bator, doctor en Psicología de la Universidad de París.
La dependencia hacia las nuevas tecnologías es uno de los factores que distancia a ambas generaciones . “Los chicos se quejan de que los padres no entienden y los padres se quejan de que no entienden la relación que tienen ellos con la tecnología. Están cambiando su forma de percibir el acceso a la información y a la comprensión de las relaciones intersubjuntivas”, resume a Clarín Carlos Neri, psicólogo especialista en tecnología y educación.
“No aguanto estar un día sin Internet. Y tampoco si alguien tarda en contestarme un SMS (mensaje de texto), por Messenger o lo que sea, porque me aburro”, sintetiza Octavio Votano de diez años.
Los especialistas vaticinan que se trata de una lucha que recién está viendo sus comienzos. “La relación entre nativos e inmigrantes digitales será terrible . Su comuniación ya se está rompiendo, sobre todo en la comprensión de las redes sociales”, alarma Marc Prensky, un pensador estadounidense.
Hijos que superan a sus padres y que inclusive los ayudan con las herramientas de trabajo son parte del retrato posmoderno. Habrá que ver cuál será el destino del vínculo familiar en medio de tanta evolución tecnológica.
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