miércoles, 20 de diciembre de 2006

POCHO LEPRATTI
EL ÁNGEL DE LA BICICLETA
(Rosario - por Ana Sofía Quintana - Martín Flores (Latitud Barrilete).
Pocho, parado sobre el techo de la escuela donde preparaba la comida para los alumnos, intentó frenar la represión desmedida contra la gente. Gritó a un patrullero que se dirigía a la multitud disparando tiros al aire, y el vehículo policial dio la vuelta. Los oficiales se bajaron apuntando sus armas a Pocho, quien gritó:-¡Bajen las armas! Acá sólo hay pibes comiendo.El disparo lo arrojó hacia atrás y su cuerpo se desplomó sobre el techo de chapa.En ese entonces, el Gobierno de Fernando de la Rúa y su fantasmal Alianza se desmoronaban como una marioneta desarticulada. La continuidad del modelo neoliberal menemista, la concentración de la riqueza, la ciega obediencia al FMI, la política de ajuste, el desmesurado aumento del desempleo y la vertiginosa multiplicación de la pobreza, provocaron una desesperante situación en todo el país. Los postergados de siempre, desocupados e indigentes, ganaron las calles y salieron a tomar de los supermercados los alimentos que la proclamada democracia cotidianamente les negaba.El Gobierno, arrinconado, no asimiló la gravedad de los hechos. Dispuesto a proteger más sus mezquindades que a cubrir las necesidades de la gente, pretendió sostenerse en el poder a cualquier precio: no ordenó combatir el hambre sino a los hambrientos. Las fuerzas policiales salieron a cazar, no a los denunciados sino a los denunciantes. Los pobres no debían ser asistidos, sino replegados a fuerza de golpes y balas nuevamente hacia los barrios, detrás de los muros.En esas jornadas, la ciudad de Rosario, con un alarmante índice de pobreza, se articuló a la situación nacional. Con más del 20% de desocupación, y más del 10% de la población en villas miseria, la gente se hizo oír.
Fuente: Revista Digital - Nomen Munay

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