A pesar de que la calle Boquerón, en Lomas, se extiende a apenas 10 cuadras de Hipólito Yrigoyen, el estado de su pavimento es malísimo, por lo que vecinos y automovilistas se quejan y aseguran que en algunas partes el asfalto se hundió totalmente. "Recorrerla de punta a punta es una odisea”, se quejan, resignados, quienes la transitan.
Circular por algunas calles de la región es complicado. La inmensa cantidad de baches, protuberancias y grietas que hay en los caminos de Lomas, Brown y Echeverría preocupan a los automovilistas, que deben memorizar el plano de los pozos con más detalle que el de los caminos que transitan, si pretenden cuidar el tren delantero del auto y evitar accidentes. Por caso, vecinos y automovilistas que transitan por la calle Boquerón en Lomas expresaron a Info Región su bronca por el “pésimo” estado de esa arteria lomense, y aseguran que los daños en la calle provocaron serias roturas en los coches de las personas que transitan por allí a diario, que se suma al problema de los anegamientos, un drama que se reitera en esa parte de la ciudad cada vez que llueve con mediana intensidad. “Es un desastre la situación en la que tenemos que vivir porque apenas caen dos gotas de lluvia tenemos el agua dentro de nuestras casas”, manifestó Claudia González, vecina de la zona, y opinó que al municipio parece no importarle porque realizaron numerosos reclamos para que inicien obras de reparación del pavimento pero “jamás se acercaron a ver cuáles eran las necesidades”.Los residentes del lugar responsabilizan al frigorífico ubicado en la intersección de las calles Sixto Fernández y Boquerón por las visibles roturas que presenta la calle, porque, según indicaron, “el piso no soportó la gran cantidad de peso que transportan a diario los camiones” que entran y salen de la empresa. “Era previsible que en algún momento esto iba a pasar porque por aquí pasan cientos de toneladas a la semana sin prever que nos encontramos en un barrio residencial que no está preparado para contener tanto peso”, remarcó Jorge Faccio, otro vecino, que además consideró que el municipio debería rever el lugar en donde habilitan las industrias porque las consecuencias siempre las terminan pagando los ciudadanos. Aunque la calle está plagada de baches desde su inicio en Laprida, el peor de los tramos se encuentra en las inmediaciones del frigorífico, donde efectivamente la mitad del pavimento se hundió y provocó que varios automovilistas desprevenidos rompieran sus cubiertas o partes del tren delantero de los coches, que rozan con el pavimento roto. “Más de una vez vi como conductores que no conocían la zona pinchaban gomas y hasta presencié cuando un auto quedó estancado en la elevación porque los autos cada vez vienen más bajos y no son aptos para circular por la región porque las calles son un desastre”, indicó Faccio y aseveró que “alguien debería hacerse responsable”.Los vecinos esperan una pronta solución para que circular por las calles deje de ser una odisea y se convierta en sinónimo de paseo, seguridad y disfrute.
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