De poco importa lo que oficialmente se informe el 4 de abril respecto de la inflación de marzo. Seguramente ya está decidido registrar un porcentaje en torno a 0,9%.
Pero sí es preocupante lo que está aconteciendo realmente con el renovado despegue de los precios minoristas, básicamente de alimentos. Diferentes estudios privados, en auge tras la intervención del INDEC, están computando variaciones que van de 2,5% a 3%, la cifra más alta en la gestión de los Kirchner. Abril no debería ser diferente por el impacto de las subas de 22% en cuotas de educación privada. Cerrar rápidos acuerdos salariales convalidando aumentos de hasta 30% tiene su costo. El gasto público sigue creciendo a casi 40% interanual. A futuro también está al acecho el alza de hasta 12% en los combustibles y en las tarifas de electricidad y eventualmente de gas.
Marzo se convertirá en el peor mes en lo que respecta a la inflación en la gestión Kirchner: la suba de precios minoristas, con un índice creíble, se ubicaría alrededor de 2,5%. La inesperada -para Martín Lousteau- repercusión del lanzamiento de las retenciones móviles obligó a archivar otra iniciativa del ministro de Economía ya casi definida y no menos polémica: el nuevo Indice de Precios al Consumidor. Por ello es que se descuentaque el 4 de abril el INDEC informaría una variación de sólo 0,9%.
Nada ha cambiado desde que a fines de 2005 el alza de los precios comenzó a marcar la agenda del gobierno. El gasto público está creciendo a un ritmo de casi 40% interanual, como mostró el último dato sobre las cuentas públicas de febrero. Del lado monetario tampoco, con expansión de 22% del M2 ( circulante más depósitos a la vista) este año y con las sospechas sobre cómo hubo un aumento de 7% en enero (¿son los que se escondieron en diciembre para cerrar en línea el trimestre?).
Silencio novedoso
Lo único nuevo este mes es el silencio de Guillermo Moreno, quien recibió orden de los Kirchner de desaparecer del escenario público, al menos en el actual enfrentamiento con el campo. Hasta debe haber recibido esa orden con cierta satisfacción, dado que es básicamente Martín Lousteau el blanco de las críticas. En marzo casi todo jugó en contra del gobierno. Carne, verduras, pan (el kilo está a 6 pesos, lejos de los $ 2,50 de Moreno en el local de «La Burdalesa» en Palermo), indumentaria (por cambio de estación), canasta escolar y lácteos (La Serenísima remarcó casi 10% en productos esenciales). Y restarían computar las alzas de fin de mes que están generando los faltantes por la protesta del campo. Pero no todo de cuanto sucede con los precios es la mala praxis económica del gobierno. Los alimentos están evidenciando alzas en toda la región. México ayer informó que la inflación en la primera quincena de marzo fue de casi 0,5%, cuando las expectativas se concentraban en 0,2%. Igual tendencia se observa en Brasil, Uruguay y Chile por ejemplo, aunque clara, lejos de los porcentajes de la plaza local.
Lo que está descartado es la recomendación que hicieron algunos técnicos del BCRA sobre la necesidad de emitir un billete de $ 500. Dar luz verde a ello implicaría para el gobierno reconocer la pérdida de valor de la denominación de 100 pesos y rebobinar la memoria colectiva a los años ochenta, cuando no alcanzaban próceres para las emisiones.
Fuente: Ambito Financiero
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