Zona de pobreza sembrada e impuesta, Puerto Iguazú es la cuna del hambre de los niños guaraníes, en comunidades como Fortín Mbororé. Así como Eldorado, que más allá de su historia lejana, hoy deja ver los estragos de los proyectos económicos y políticos de los ’90. Cuentan que Eldorado es la ciudad argentina que más madera exporta. Tiene alrededor de setenta aserraderos que venden a los Estados Unidos, Japón, España e Israel. Durante 2005 hubo despidos masivos a raíz de la explotación intensiva de los recursos naturales y también de los humanos. Pensar que alguna vez la ciudad fue llamada “la capital del trabajo”. Una cifra expresa el tamaño de la deforestación irracional: hace décadas la selva ocupaba una superficie de un millón de kilómetros cuadrados, ahora, solamente quedan 58 mil kilómetros cuadrados.En esta tierra estragada, desde el Ministerio de Salud Pública de Misiones sostienen que del total global de aborígenes que residen en la provincia, el 57 por ciento de los niños está desnutrido, el 40 por ciento no está documentado, el 60 por ciento es analfabeto y el 43 por ciento padece desnutrición crónica.Por eso desde Puerto Iguazú y Eldorado parte la Marcha de los Chicos del Pueblo. Símbolo de la necesidad de volver al origen, al territorio donde chicas y chicos eran sagrados y donde, ahora, parecen ser víctimas de una guerra que los tiene como blancos preferidos. Puerto Iguazú, Eldorado. Son como una esperanza colectiva inconclusa, dolorosa pesadilla cotidiana. Aquí están los espíritus rebeldes de la yerba y los duendes buenos de la tierra colorada, las abuelas guaraníes y las muchachas artiguistas; todos están con los hijos del pueblo los que no se resignan e insisten en la construcción de un país para todos.
Fuente: agencia de noticias. Pelota de Trapo
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