Por Alejandra Waigandt .-
Cuando se habla de la violencia hacia las mujeres, algunas personas suelen preguntar '¿y qué pasa con los hombres golpeados?'. El mes de enero la Red Informativa de Mujeres de Argentina (Rima) fue escenario de un interesante debate acerca del porcentaje mínimo de la violencia ejercida por las mujeres. Aquí tomamos la posta para seguir pensando el problema.
La violencia que ejerce el varón sobre la mujer, la violencia de género, es endémica y deja en situación de vulnerabilidad a un enorme porcentaje de la población femenina. El maltrato ejercido por la mujer no llega a ese nivel y sus víctimas suelen ser su hijo, hija o una persona anciana, aunque también utiliza la violencia para defenderse de la agresión de su marido, pareja o ex pareja. En Argentina no se conocen registros que den cuenta de mujeres que oprimen a varones, lo cual no quiere decir que no suceda. En la violencia intrafamiliar 'no hay nada desde lo cultural, social e institucional que sostenga la posibilidad de que la mujer adulta abuse del varón adulto', explicó la trabajadora social Jenny Nievas a Artemisa Noticias.
Los índices sobre este flagelo siguen siendo insuficientes. Estadísticas actualizadas hay únicamente en la Ciudad de Buenos Aires y en referencia a la violencia familiar. La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene registrado que entre septiembre de 2008 y el mismo mes de 2009, un 82 por ciento de las víctimas de violencia fueron mujeres y 18 por ciento varones. Un análisis no exhaustivo de estos casos –la abogada Analía Monferrer aclaró que se está trabajando en el cruzamiento de datos– evidencia que la mayoría de los varones que denunciaron maltrato fueron denunciados con anterioridad por sus agresoras debido a situaciones de violencia, y el resto de las víctimas masculinas son adultos mayores maltratados por sus hijas u otros familiares más jóvenes.
Una investigación divulgada del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), acerca de la percepción que tienen las mujeres de este problema, establece que el 50 por ciento de las 1600 entrevistadas en Córdoba, Rosario y Gran Buenos Aires, cree que la violencia de la mujer sobre su marido o pareja es poco frecuente, 23% frecuente, 10% muy frecuente y 8% no lo sabe. Por el contrario, de la violencia del marido o la pareja sobre la mujer, 61 por ciento cree que es muy frecuente, 30% frecuente, 6% poco frecuente y 3% no sabe. 'La enrome mayoría de las entrevistadas cree que la violencia de algún miembro de la familia sobre otro es un problema que se da con frecuencia en Argentina. Solamente respecto de la violencia ejercida por las mujeres sobre su pareja, predomina la impresión de que se trata de una situación poco frecuente', se explica en este estudio.
En 8 de cada 10 casos de violencia en la Provincia de Buenos Aires el denunciado fue un varón, 54 por ciento de las victimas fueron mujeres adultas, 3% niñas y 2% niños, de acuerdo a un informe difundido en el 2009 por UNFPA y UNIFEM, las agencias responsables de los temas de género de la Organización de las Naciones Unidas.
El Consejo Nacional de la Mujer (CNM) cuenta con una tendencia sobre el país anterior a 2007, basada en los servicios de atención de violencia, que establece que 80 por ciento de las víctimas de violencia son mujeres y el agresor es un varón, generalmente su marido, concubino, novio o ex pareja. La experta en género Perla Prigoshin y asesora del CNM, confirmó que no cuentan con datos actualizados. Aseguró sin embargo que se trabaja en la reglamentación de la ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, que prevé la realización de estadísticas. Prigoshin dijo que 'estamos definiendo indicadores y de que manera se va a relevar, luego las investigaciones serán llevada adelante por el Observatorio Nacional de Violencia contra las Mujeres'.
Las agresoras según las expertas Consultada sobre las discusiones que afloran cuando aparece el planteo de que ‘las mujeres también golpean’, la funcionaria Perla Prigoshin reflexionó: 'La violencia es inherente al sistema capitalista, entonces no habría que lamentarse frente el problema de la mujer golpeadora, en todo caso habría que ocuparse. El punto es que no puede tenerse en cuenta desde lo epidemiológico, las políticas públicas deben dirigirse a la mayoría de la población y mayoritariamente quienes golpean son varones. Hay que tener en cuenta también que las mujeres siempre van acompañadas de sus hijos, por eso ocuparse de ellas es ocuparse de un porcentaje altísimo de la población. Igualmente lo primero es modificar esta cultura golpeadora por una cultura de no violencia y en ese proceso empoderar a la mujer'.
Por su parte, la psicóloga Eva Giberti, responsable del Programa las Víctimas contra las Violencias, advirtió que este tema tiene diferentes niveles de análisis. Uno refiere a 'la mujer denominada golpeadora en el ámbito amplísimo de la violencia familiar. Hay otros niveles de análisis correspondientes a otras modalidades de mujeres, es decir personas/mujeres, concepto que no arrastra la carga onomatopéyica que ‘mujeres’. Las personas madres pueden ser golpeadoras violentas ocasionales o sistemáticas, lo cual no tiene que ver con la violencia familiar contra las mujeres', aclaró.
Giberti se preguntó: '¿Cuánto pesa el patriarcado? Inmensamente. Casi todo. Las psicólogas pensamos primero en la educación patriarcal, el más fuerte golpea, y después en que se activa el diencefalo (región anatómica del cerebro) para autorizar la ira golpeadora. Las biólogas que explican las proporciones de serotonina, adrenalina y otras sustancias semejantes en la sangre cuando se desata la golpiza, no necesariamente coinciden. También está el backlash o el contraproyecto que modifica la orientación del proyecto mundial que alerta desde los organismos internacionales acerca de las víctimas de la violencia familiar, estadísticamente mujeres. El backlash aparece en boca de varones y de mujeres que pretenden ser equitativas, no sea cosa que seamos injustas con los varones'.
Sobre la equidad entre varones y mujeres, la psicóloga Irene Meler, del Foro de Psicoanálisis y Género (APBA), explicó: 'Para defender esa equidad no es necesario demonizar a los primeros y angelizar a las segundas. Somos en principio tan capaces de ejercer violencia como los varones. Lo hacemos menos porque nuestra fuerza física es menor, nuestro acceso al poder es más limitado, y nos educaron para inhibir las manifestaciones francas de hostilidad. De modo que para combatir la violencia es necesario asumirla como una potencialidad que todos portamos y que debemos rechazar colectivamente como una de las mayores fuentes existentes de dolor psíquico, y de secuelas en la salud física y mental de los sujetos'.
La abogada Susana Chiarotti, directora del Instituto de Género, Derecho y Desarrollo, señaló como posibles causas de la violencia ejercida por las mujeres 'la educación autoritaria, circunstancias adversas, agresividad, en fin, la condición humana' y reflexionó: 'Lo contrario sería pensar que las mujeres somos biológicamente o esencialmente buenas, pacíficas y no agresivas. Eso es esencialismo o biologismo'.
Suelen aparecer publicaciones periodísticas sobre el crecimiento en el índice de las mujeres que golpean a sus parejas; en ese sentido Chiarotti aseguró: 'No creo que nadie disponga de ellas. Hace 30 años que peleamos por tener estadísticas de mujeres golpeadas sin lograr más que estimaciones, y ahora resulta que hay estadísticas que dicen que aumenta el número de mujeres golpeadoras. Desconfiaría de una afirmación de ese tipo'.
La feminista Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, dijo que hay que preguntarse a quién golpean las mujeres. 'En general las adultas no maltratan a hombres jóvenes ni adultos, tal vez a niños y viejos. Por supuesto hay excepciones. Las mujeres tienen menos fuerza que los varones y por eso pegan menos, y debido a pautas culturales no son educadas para pegar. Pero igual lo hacen. Creo que entre las jóvenes hay algunos indicios de cambio, por ejemplo en los colegios las chicas entre ellas cuando pelean aplican violencia física. También lo hacen con los varones, especialmente los pares. Es porque ven y conviven con mucha violencia, y un mundo más violento es un mundo más injusto, más doloroso, con menos placer y alegría y con más maldad', criticó.
Los índices sobre este flagelo siguen siendo insuficientes. Estadísticas actualizadas hay únicamente en la Ciudad de Buenos Aires y en referencia a la violencia familiar. La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene registrado que entre septiembre de 2008 y el mismo mes de 2009, un 82 por ciento de las víctimas de violencia fueron mujeres y 18 por ciento varones. Un análisis no exhaustivo de estos casos –la abogada Analía Monferrer aclaró que se está trabajando en el cruzamiento de datos– evidencia que la mayoría de los varones que denunciaron maltrato fueron denunciados con anterioridad por sus agresoras debido a situaciones de violencia, y el resto de las víctimas masculinas son adultos mayores maltratados por sus hijas u otros familiares más jóvenes.
Una investigación divulgada del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), acerca de la percepción que tienen las mujeres de este problema, establece que el 50 por ciento de las 1600 entrevistadas en Córdoba, Rosario y Gran Buenos Aires, cree que la violencia de la mujer sobre su marido o pareja es poco frecuente, 23% frecuente, 10% muy frecuente y 8% no lo sabe. Por el contrario, de la violencia del marido o la pareja sobre la mujer, 61 por ciento cree que es muy frecuente, 30% frecuente, 6% poco frecuente y 3% no sabe. 'La enrome mayoría de las entrevistadas cree que la violencia de algún miembro de la familia sobre otro es un problema que se da con frecuencia en Argentina. Solamente respecto de la violencia ejercida por las mujeres sobre su pareja, predomina la impresión de que se trata de una situación poco frecuente', se explica en este estudio.
En 8 de cada 10 casos de violencia en la Provincia de Buenos Aires el denunciado fue un varón, 54 por ciento de las victimas fueron mujeres adultas, 3% niñas y 2% niños, de acuerdo a un informe difundido en el 2009 por UNFPA y UNIFEM, las agencias responsables de los temas de género de la Organización de las Naciones Unidas.
El Consejo Nacional de la Mujer (CNM) cuenta con una tendencia sobre el país anterior a 2007, basada en los servicios de atención de violencia, que establece que 80 por ciento de las víctimas de violencia son mujeres y el agresor es un varón, generalmente su marido, concubino, novio o ex pareja. La experta en género Perla Prigoshin y asesora del CNM, confirmó que no cuentan con datos actualizados. Aseguró sin embargo que se trabaja en la reglamentación de la ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, que prevé la realización de estadísticas. Prigoshin dijo que 'estamos definiendo indicadores y de que manera se va a relevar, luego las investigaciones serán llevada adelante por el Observatorio Nacional de Violencia contra las Mujeres'.
Las agresoras según las expertas Consultada sobre las discusiones que afloran cuando aparece el planteo de que ‘las mujeres también golpean’, la funcionaria Perla Prigoshin reflexionó: 'La violencia es inherente al sistema capitalista, entonces no habría que lamentarse frente el problema de la mujer golpeadora, en todo caso habría que ocuparse. El punto es que no puede tenerse en cuenta desde lo epidemiológico, las políticas públicas deben dirigirse a la mayoría de la población y mayoritariamente quienes golpean son varones. Hay que tener en cuenta también que las mujeres siempre van acompañadas de sus hijos, por eso ocuparse de ellas es ocuparse de un porcentaje altísimo de la población. Igualmente lo primero es modificar esta cultura golpeadora por una cultura de no violencia y en ese proceso empoderar a la mujer'.
Por su parte, la psicóloga Eva Giberti, responsable del Programa las Víctimas contra las Violencias, advirtió que este tema tiene diferentes niveles de análisis. Uno refiere a 'la mujer denominada golpeadora en el ámbito amplísimo de la violencia familiar. Hay otros niveles de análisis correspondientes a otras modalidades de mujeres, es decir personas/mujeres, concepto que no arrastra la carga onomatopéyica que ‘mujeres’. Las personas madres pueden ser golpeadoras violentas ocasionales o sistemáticas, lo cual no tiene que ver con la violencia familiar contra las mujeres', aclaró.
Giberti se preguntó: '¿Cuánto pesa el patriarcado? Inmensamente. Casi todo. Las psicólogas pensamos primero en la educación patriarcal, el más fuerte golpea, y después en que se activa el diencefalo (región anatómica del cerebro) para autorizar la ira golpeadora. Las biólogas que explican las proporciones de serotonina, adrenalina y otras sustancias semejantes en la sangre cuando se desata la golpiza, no necesariamente coinciden. También está el backlash o el contraproyecto que modifica la orientación del proyecto mundial que alerta desde los organismos internacionales acerca de las víctimas de la violencia familiar, estadísticamente mujeres. El backlash aparece en boca de varones y de mujeres que pretenden ser equitativas, no sea cosa que seamos injustas con los varones'.
Sobre la equidad entre varones y mujeres, la psicóloga Irene Meler, del Foro de Psicoanálisis y Género (APBA), explicó: 'Para defender esa equidad no es necesario demonizar a los primeros y angelizar a las segundas. Somos en principio tan capaces de ejercer violencia como los varones. Lo hacemos menos porque nuestra fuerza física es menor, nuestro acceso al poder es más limitado, y nos educaron para inhibir las manifestaciones francas de hostilidad. De modo que para combatir la violencia es necesario asumirla como una potencialidad que todos portamos y que debemos rechazar colectivamente como una de las mayores fuentes existentes de dolor psíquico, y de secuelas en la salud física y mental de los sujetos'.
La abogada Susana Chiarotti, directora del Instituto de Género, Derecho y Desarrollo, señaló como posibles causas de la violencia ejercida por las mujeres 'la educación autoritaria, circunstancias adversas, agresividad, en fin, la condición humana' y reflexionó: 'Lo contrario sería pensar que las mujeres somos biológicamente o esencialmente buenas, pacíficas y no agresivas. Eso es esencialismo o biologismo'.
Suelen aparecer publicaciones periodísticas sobre el crecimiento en el índice de las mujeres que golpean a sus parejas; en ese sentido Chiarotti aseguró: 'No creo que nadie disponga de ellas. Hace 30 años que peleamos por tener estadísticas de mujeres golpeadas sin lograr más que estimaciones, y ahora resulta que hay estadísticas que dicen que aumenta el número de mujeres golpeadoras. Desconfiaría de una afirmación de ese tipo'.
La feminista Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, dijo que hay que preguntarse a quién golpean las mujeres. 'En general las adultas no maltratan a hombres jóvenes ni adultos, tal vez a niños y viejos. Por supuesto hay excepciones. Las mujeres tienen menos fuerza que los varones y por eso pegan menos, y debido a pautas culturales no son educadas para pegar. Pero igual lo hacen. Creo que entre las jóvenes hay algunos indicios de cambio, por ejemplo en los colegios las chicas entre ellas cuando pelean aplican violencia física. También lo hacen con los varones, especialmente los pares. Es porque ven y conviven con mucha violencia, y un mundo más violento es un mundo más injusto, más doloroso, con menos placer y alegría y con más maldad', criticó.
4 comentarios:
me parece muy interesante esto que comenta. estoy buscando información sobre mujeres violentas con sus esposos o esposas y esta es bastante pobre. yo entiendo la limitación de la fuerza de la mujer y ademas comprendo las limitaciones del sistema patriarcal pero cómo se aplica esto cuando hay violencia en matrimonios de lesbianas o cuando la mujer aplica la violencia sobre su marido?. es que solo se habla de violencia física, pero la violencia psicológica no está planteada. saludos
Soy hombre y nunca se pusieron a pensar que la violencia de la mujer contra el hombre aunque menos frecuente es posible. La violencia fisica no depende de fuerza, puede que haya hombres que ante una situacion violenta decidan no responder por el mismo medio, justamente pienso que eso es ser "hombre", tener el coraje de que frente a una agresion fisica no responder igual
Solo se leen justificaciones. probablemente por "solidaridad de genero"
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