El Teatro Argentino de La Plata volvió a ser ayer el lugar donde el proyecto nacional y popular iniciado por Néstor Kirchner en el 2003, se reúne en los momentos de encrucijada. Allí articularon la alegría bulliciosa de la militancia bonaerense con la convicción colectiva de que en estas elecciones se juega el modelo de país, de cara al Bicentenario patrio.Horas antes del inicio oficial del Acto organizado para presentar la lista electoral que encabeza Néstor Kirchner, los pasillos del teatro platense eran un solo murmullo, tejiendo y destejiendo perspectivas políticas para cada distrito y sección, para la provincia, para la nación.Podríamos sintetizar afirmando que esa alegría se mezcló con la bronca que desataron las declaraciones del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti. El tufillo reaccionario del dirigente rural diciendo que “Eva Perón no puede asumir porque está muerta y cuando la quieran hacer asumir se van a dar cuenta de que es Nacha Guevara disfrazada”, mereció la reprobación indignada de todos los presentes. Los gestos adustos constituían la antípoda de las carcajadas del público que en Córdoba aplaudió al dirigente rural de la Mesa de enlace, en presencia del gobernador Schiaretti y Carlos Reutemann.El valor de un acto político está en el contexto. Son los oradores del escenario y son los que escriben la otra parte de la trama desde las tribunas. Por eso relatamos las cálidas y las ácidas dedicatorias de las consignas cantadas, antes y durante todo el acto.Por cierto que De Narváez y Macri tuvieron lo suyo, en relación al escándalo del tráfico de efedrina que envuelve al candidato de la derecha.Otros cánticos destacables fueron los que se referían, con mucha gracia, al contraste de los descuentos salariales efectuados por la alianza radical y el aumento del 15,5 % que el actual gobierno otorgó a los estatales. Una ovación recibió a Hebe de Bonafini y las Madres y las Abuelas que la acompañaban. A las 19 y 25, comenzó el despliegue de banderas de la JP y de La Cámpora, de agrupaciones de distintos municipios, y en todas sobresalía el rostro de Evita. Una ancha bandera argentina transformó por un instante el teatro en un estadio de fútbol. En sus pliegues se leía “Seremos millones para que Evita vuelva”.Cuando el escenario se iluminó a pleno, los nombres de los dos primeros candidatos, franjeaban una bandera argentina. Los otros candidatos allí sentados, daban la imagen de un equipo formado a la hora del arranque.Apareció Cristina y el teatro pareció temblar. Una voz femenina anunció luego a Hector Recalde, Sergio Massa, Nacha Guevara, Alberto Balestrini, Daniel Scioli y finalmente a Néstor Kirchner.Eran las 19 y 40 y la locutora anunció que “ahora sí, aquí están, estos son, los candidatos del proyecto nacional y popular”.Mientras cantaban el Himno Nacional, Cristina lo hacía emocionada al lado de su hijo Máximo.“Patria sí, Colonia no”, subscribió la popular, antes de empezar a hablar Scioli.Muchos coincidieron después en que el Gobernador brindó quizá el mejor discurso de su vida política, apelando a defender sin dobleces el modelo de inclusión social gobernante, ejemplificando con datos precisos lo que rezaba el cartel principal: “Nosotros hacemos”.Nacha conmovió a todos hablando de los sueños y el compromiso con el derecho a ser felices.Un Kirchner muy emocionado por las consignas de la juventud, no pudo hablar durante varios minutos.Hasta que empezó a desgranar un discurso donde habló de las convicciones y desde allí pidió un aplauso de desagravio para Evita, por las odiosas palabras proferidas por Biolcatti. Agradeció la compañía solidaria de sus hijos y de su compañera de toda la vida. Marcó con nitidez la política de Derechos Humanos como el principal factor desencadenante de la agresión de la derecha neoliberal. Reivindicó los principales logros tanto de su gobierno como el de Cristina. Lo hizo de un modo coloquial, reflexivo, intimista.Su propósito fue reafirmar con toda elocuencia, que está en disputa, como pocas veces en la historia, el modelo de país: O se reafirma y profundiza el modelo del trabajo, producción y consumo interno que encarna el Gobierno nacional. O se regresa al modelo neoliberal que nos hundió en la peor crisis de la historia argentina.Cuando terminó de hablar, todos sabían que la batalla de la democracia había comenzado. Y sobre todo, que esa batalla vale la pena.
Es un programa de radio que se emite los días martes de 18 a 20 Hs. por el aire de la 90.3 - Te brindamos toda la información de Fcio. Varela y la Región, con entrevistas a políticos, referentes de la cultura, de la educación y de todas aquellas areas de interés para la comunidad. Contácto:acanalabierto@yahoo.com.ar - sms 155-604-3815.-
viernes, 15 de mayo de 2009
AQUÍ ESTÁN, ÉSTOS SON...
El Teatro Argentino de La Plata volvió a ser ayer el lugar donde el proyecto nacional y popular iniciado por Néstor Kirchner en el 2003, se reúne en los momentos de encrucijada. Allí articularon la alegría bulliciosa de la militancia bonaerense con la convicción colectiva de que en estas elecciones se juega el modelo de país, de cara al Bicentenario patrio.Horas antes del inicio oficial del Acto organizado para presentar la lista electoral que encabeza Néstor Kirchner, los pasillos del teatro platense eran un solo murmullo, tejiendo y destejiendo perspectivas políticas para cada distrito y sección, para la provincia, para la nación.Podríamos sintetizar afirmando que esa alegría se mezcló con la bronca que desataron las declaraciones del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti. El tufillo reaccionario del dirigente rural diciendo que “Eva Perón no puede asumir porque está muerta y cuando la quieran hacer asumir se van a dar cuenta de que es Nacha Guevara disfrazada”, mereció la reprobación indignada de todos los presentes. Los gestos adustos constituían la antípoda de las carcajadas del público que en Córdoba aplaudió al dirigente rural de la Mesa de enlace, en presencia del gobernador Schiaretti y Carlos Reutemann.El valor de un acto político está en el contexto. Son los oradores del escenario y son los que escriben la otra parte de la trama desde las tribunas. Por eso relatamos las cálidas y las ácidas dedicatorias de las consignas cantadas, antes y durante todo el acto.Por cierto que De Narváez y Macri tuvieron lo suyo, en relación al escándalo del tráfico de efedrina que envuelve al candidato de la derecha.Otros cánticos destacables fueron los que se referían, con mucha gracia, al contraste de los descuentos salariales efectuados por la alianza radical y el aumento del 15,5 % que el actual gobierno otorgó a los estatales. Una ovación recibió a Hebe de Bonafini y las Madres y las Abuelas que la acompañaban. A las 19 y 25, comenzó el despliegue de banderas de la JP y de La Cámpora, de agrupaciones de distintos municipios, y en todas sobresalía el rostro de Evita. Una ancha bandera argentina transformó por un instante el teatro en un estadio de fútbol. En sus pliegues se leía “Seremos millones para que Evita vuelva”.Cuando el escenario se iluminó a pleno, los nombres de los dos primeros candidatos, franjeaban una bandera argentina. Los otros candidatos allí sentados, daban la imagen de un equipo formado a la hora del arranque.Apareció Cristina y el teatro pareció temblar. Una voz femenina anunció luego a Hector Recalde, Sergio Massa, Nacha Guevara, Alberto Balestrini, Daniel Scioli y finalmente a Néstor Kirchner.Eran las 19 y 40 y la locutora anunció que “ahora sí, aquí están, estos son, los candidatos del proyecto nacional y popular”.Mientras cantaban el Himno Nacional, Cristina lo hacía emocionada al lado de su hijo Máximo.“Patria sí, Colonia no”, subscribió la popular, antes de empezar a hablar Scioli.Muchos coincidieron después en que el Gobernador brindó quizá el mejor discurso de su vida política, apelando a defender sin dobleces el modelo de inclusión social gobernante, ejemplificando con datos precisos lo que rezaba el cartel principal: “Nosotros hacemos”.Nacha conmovió a todos hablando de los sueños y el compromiso con el derecho a ser felices.Un Kirchner muy emocionado por las consignas de la juventud, no pudo hablar durante varios minutos.Hasta que empezó a desgranar un discurso donde habló de las convicciones y desde allí pidió un aplauso de desagravio para Evita, por las odiosas palabras proferidas por Biolcatti. Agradeció la compañía solidaria de sus hijos y de su compañera de toda la vida. Marcó con nitidez la política de Derechos Humanos como el principal factor desencadenante de la agresión de la derecha neoliberal. Reivindicó los principales logros tanto de su gobierno como el de Cristina. Lo hizo de un modo coloquial, reflexivo, intimista.Su propósito fue reafirmar con toda elocuencia, que está en disputa, como pocas veces en la historia, el modelo de país: O se reafirma y profundiza el modelo del trabajo, producción y consumo interno que encarna el Gobierno nacional. O se regresa al modelo neoliberal que nos hundió en la peor crisis de la historia argentina.Cuando terminó de hablar, todos sabían que la batalla de la democracia había comenzado. Y sobre todo, que esa batalla vale la pena.
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