Por: Antonio Elio BrailovskyFoto satelital de la fábrica de celulosa de Alto Paraná S.A. en Puerto Esperanza, Misiones y su entorno. La línea marca una distancia de 20 kilómetros. A la izquierda de la foto está Paraguay y a la derecha Argentina, luego de 25 años de producción.
Quiero compartir con ustedes mi preocupación por las dificultades que tenemos en nuestra sociedad para establecer un diálogo en los temas que nos preocupan y aceptar las discrepancias. El penoso enfrentamiento entre Argentina y Uruguay por las plantas celulósicas ha tensado los ánimos mucho más allá de lo aceptable. Si unimos a esto la práctica de las campañas electorales sucias, donde puede decirse cualquier cosa, nos encontramos con una sociedad que no puede reflexionar y que reemplaza el pensamiento por consignas preestablecidas.
Por eso me parece importante recuperar la práctica de escuchar lo que el otro tenga para decirnos, especialmente cuando ese otro piense de un modo diferente que nosotros.
Como ustedes saben, hace unos días envié un mail con mi opinión sobre los riesgos y precauciones ambientales a tomar en el caso de que se construyera una planta de celulosa en la provincia de Corrientes. Como siempre, recibí muchos comentarios, y una de las personas que respondió -el economista Gustavo Daniel Braier- me pidió derecho a réplica. Les reenvio su texto.
Como ustedes podrán apreciar -y como corresponde a una réplica- tenemos puntos de vista diferentes.
En esta entrega ustedes reciben:
Un texto de Gustavo Daniel Braier sobre el desarrollo el sector forestoindustrial en el país y en el Cono Sur, y la ilustración que acompaña esta entrega es una foto satelital, suministrada por el autor.
Fuente: Agencia Comunas
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