jueves, 10 de junio de 2010

UNOS CHICOS CON DIGNIDAD

Una prensa cínica, mercenaria y demagógica producirá un pueblo cínico, mercenario y demagógico. Joseph Pulitzer

(Luis Demitre) No es usual que desde este sitio alentemos o exacerbemos internas entre colegas que cumplen funciones periodísticas en nuestra ciudad. Colegas que laburan todos los días en la batalla por sostener sus medios y que lejos están de tener algo que ver con las empresas que casi monopolizan la información (aunque curiosamente defiendan esos intereses como si fueran propios con una tozudez digna de mejores causas); pero sucede que la vigencia, o no, de la nueva ley de medios audiovisuales y la digna actitud de un grupo de jóvenes varelenses en la defensa de sus ideas, nos pone claramente a unos de un lado y a otros del otro, y no es nuestra intención rehuir este cruce de posiciones.

Fue la semana pasada, en ocasión de celebrarse una charla debate sobre esta ley convocada por la escuela Media N° 1, Silvio Dessy, a la que fueran invitados en carácter de panelistas dos directores de medios gráficos de nuestra ciudad, se supone que en carácter de ciudadanos ya que sus medios no se veían alcanzados, ni para peor ni para mejor, por la ley que se ponía en debate.

A estos panelistas se sumó Miguel Vidal, integrante de la Federación de Radios Comunitarias, quien supo ganarse la mayoría de las simpatías de los presentes, no por la solidez de sus argumentos (que los tuvo), sino por una actitud que lo diferenció claramente del resto del panel: la de ser tolerante hacia quien pensaba diferente, la de dar argumentos luego de cada juicio de valor, la de no buscar en adjetivos descalificadores el elemento para fortalecer su propia posición y el de ser coherente, por esto mismo, con lo que venía a defender: la democratización de la oferta informativa.

En otros tiempos hubiese sido hasta natural que chicos de 14 a 18 años bajaran la cabeza frente “al que sabe” y se dejaran “bajar línea” aun cuanto ésta contraviniera sus propias ideas. Estos no. Defendieron las suyas, a lo mejor con demasiada pasión, a lo mejor con desprolijidad, a lo mejor con enojo, a lo mejor como lo que son: chicos, pero vaya si podemos confiar en el país que viene si cunde el ejemplo de mentes libres paridas en nuestros establecimientos públicos.

A tanta pasión, desde la vereda de enfrente, la respuesta se presentó desproporcionada: los chicos estaban comprados por los Kirchner. Rara y conveniente (¿y autoritaria?) forma de pensar en los demás: “si no están de acuerdo conmigo, están comprados”. Si hasta celebro que ya no exista la Union Soviética: faltaba acusarlos de ser propagandista apátridas del comunismo internacional y estaban completos. Se llega al colmo de sentar dudas acerca de la calidad educativa del colegio. Parece que un colegio es bueno sólo si produce jóvenes dóciles, programables y no comprometidos con nada ni con nadie. Justo la clase de jóvenes a los que la ultima dictadura ponía como ejemplo. Nada es casualidad en este mundo.

No tiene sentido hacer nombres. Un comunicado de prensa realizado por esos chicos, y que fuera acompañado por padres y docentes, dando cuenta de su repudio hacia lo que consideran una muestra de intolerancia es bastante claro al respecto.

No conozco a los chicos. Apenas si los ví y escuché durante el debate y cruzamos algunas que otras opiniones por el facebook. No son el tipo de jóvenes que suelen aparecer por los grandes medios: los que se idiotizan o mueren gracias al paco, o aquellos que hacen carrera en el delito. Estos no son funcionales a la construcción de la desesperanza en que parecen empeñados los monopolios informativos y por eso son sistemáticamente ignorados.

Sin embargo en nuestra ciudad vaya que se hicieron notar. Son estudiantes que poseen orientación en comunicación social. Son exponentes de los medios que se vienen. La plena vigencia de la ley de medios audiovisuales les posibilitará existir.

Hay futuro.

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