jueves, 4 de octubre de 2007

LA POBREZA NO BAJÓ, SUBIÓ

SÍNTESIS:

I) Hasta el 2do Semestre del 2006 se decía que la pobreza afectaba a 10.464.552 de personas cuando en realidad los pobres eran 13.197.295. Se la subestimada en 2.732.773.

II) Para el caso de la indigencia se decía que los indigentes al 2do Semestre 2006 eran 3.378.956 cuando en realidad eran 4.344.372. La cantidad de indigentes se subestimaba en 965.416

III) La intervención sobre el IPC afecta la medición planteando que baja lo que en realidad sube. Una estimación más razonable indica que la pobreza no bajó al 23,4% sino que se ubica entre 27% y 28,8%.

IV) Para el caso de la indigencia los resultados que se presentaron ubicándola en el 8,2%, en la realidad se ubica entre el 9,9% y 10,6%.

V) Así las cosas, la verdadera magnitud de pobres es de 14.141.871 y la de indigencia de 5.327.952.

VI) La inflación, al agudizar la desigualdad, anula el efecto positivo del crecimiento sobre la pobreza y la indigencia.

1) Planeo General

Las interferencias políticas sobre el índice de pobreza vienen de larga data. No comenzaron con la intervención de Guillermo Moreno y Kirchner sobre el INDEC en Enero de este año. Podrá recordarse que en su momento el propio Roberto Lavagna cuestionó el índice y elaboró otro (que por supuesto daba un resultado menor) desde el Ministerio de Economía.

Sin embargo, la operación más compleja fue la de abortar el proceso de “renovación metodológica” que los equipos técnicos del INDEC habían encarado, preparando una nueva metodología más eficaz que fue chequeada internacionalmente y publicada por el organismo en el año 2004. Desde ese momento en más, jamás se permitió que la “Nueva Metodología” se pusiera en marcha.

Los estudios realizados por nuestro Instituto indican que la aplicación de esta metodología eleva el índice de pobreza en aproximadamente un 26,1% y el de indigencia un 28,6%. Así, en lugar del 26,9% que la pobreza registraba a finales del 2006 el porcentaje se ubica en 33,9%, y el de indigencia pasa de 8,7% al 11,1%.

Tomando la última información dada por el INDEC (Pobreza del 23,4% e Indigencia del 8,2%), si se hubiera aplicado la nueva metodología, los valores hubiesen sido respectivamente 29,5% y 10,5%.

Queda claro entonces que hace ya varios años se ha resuelto políticamente subestimar la magnitud y la composición que la pobreza tiene en nuestro país.

No obstante, podría decirse que pese a lo referido, la tendencia declinante que la pobreza venía exhibiendo (a través de la vieja metodología) en el marco de la recuperación de la economía era una tendencia lógica. La intervención de Moreno en el INDEC a partir de Enero del 2007 produce a través de la subestimación del IPC y consecuentemente de la canasta alimentaria y de la de pobreza, el efecto de poner en cuestión ya no sólo la magnitud y la composición de la pobreza sino su evolución y tendencia.

El ejercicio que proponemos en el presente material es observar que con una evolución del Índice de Precios más cercano a la realidad, la pobreza no sólo no bajó sino que exhibe una leve suba. De mínima, la tasa que en el último semestre del 2006 era de 26,9% se ubica en 27% y la indigencia que era 8,7% se eleva al 9,9%.

Dicho de otro modo, la evolución de los precios no sólo impactó impidiendo que el efecto crecimiento derrame ingresos, sino que al agudizar la desigualdad impactó agravando el cuadro de Pobreza e incluso más el de Indigencia.

En síntesis, los pobres son más y el total de personas en esta situación asciende a 14.141.871. Los indigentes son más y ascienden a 5.327.952.

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